Todo comenzó porque me gustaba.
Y cuando me preguntó si leía, no dudé:
—¡Me encantan los libros!
(La verdad, no leo ni los menús completos, pero no iba a decirle que no).
Dos días después, me llegó una invitación a un club de lectura…
Con su mamá. Y sus tías. Y sus amigas de como de 60 años.
Tema del mes: Cien años de soledad.
Yo pensé que era una película.
Ahora tengo que leer 417 páginas, fingir que me encanta García Márquez, y cada vez que la señora Beauchamp me ve, me dice:
—Tú sí que eres un muchacho culto.
Y yo por dentro… solamente quería besar.
No mientas sobre tus gustos… a menos que estés dispuesto a convertirte en el yerno literario del año.
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