domingo, 2 de noviembre de 2014

El lobo bueno

El Lobo Bueno
Por: Annesdy Tellado



Érase una vez, un lobo que vivía en el bosque. Su pasatiempo favorito era soplar los
globos de cumpleaños, hornear bizcochos y salir con sus amistades. Le gustaba realizar
diferentes tipos de actividades,  no había algo más grande que le llamará su atención que
no fuese su empleo. El lobo era un payaso de profesión. Un día pasó algo lamentable, en un cumpleaños que el lobo estaba trabajando. Faltó dinero de la cartera de la madre organizadora.


La pistas apuntaba que el lobo era el culpable. Todos los animales comenzaron a desconfiar del lobo. No tenía las mismas invitaciones de cumpleaños, ya no podía trabajar honradamente.   Perdió su casa y se fue a vivir con su abuelita. El lobo comenzó a llorar, ya que la explicación que le dieron fue que como algunos lobos de su generación eran perversos, a lo mejor el llevaba eso por sus venas.


La explicación que le habían dado a lobo no lo convencía así que  comenzó una investigación.
Tomó una lista de los invitados del cumpleaños donde ocurrió el robo, pero al visitar las casas nadie quería abrirles sus puertas para que el pudiera hacer las preguntas que quería realizar para acumular pista para su investigación. Cansado de tanto recoger el bosque se sienta en un banco que quedaba al frente de una tienda.  


De momento ve a un cerdito junto con una niña vestida de rojo. Los ve saliendo de  una de las tiendas con muchas bolsas  y sin adultos, algo muy inusual.  

 El lobo siguió a la niña vestida de rojo y al cerdito. Ellos comenzaron a hablar sobre la actividad de cumpleaños y el lobo los grabó con su teléfono inteligente. El cerdito y la niña vestida de rojo siguieron hablando y sin darse cuenta confesaron de como ellos tomaron el dinero y se inventaron unas pistas para que las personas pensaran que el lobo era el malo. Ambos reían, compraban mantecados y mucha ropa mientras que el lobo los siguió grabando hasta  que creyó que ya tenía suficiente evidencia, así que apagó su teléfono. El cerdito y la niña vestida de rojo se percataron que el lobo los estaba grabando así que comenzaron a seguirlo. El lobo tratando de escapar de ellos,  iba tan veloz que se le cayó su teléfono inteligente.

 
La niña vestida de rojo y el cerdito pararon al lobo, a ver que su teléfono se había descompuesto se comenzaron a burlar de el. Ellos no se percataron que los padres de ambos los estaban escuchando. El cerdito y la niña sin darse cuenta confesaron su delito delante de sus propios padres.
Los progenitores del cerdito y de la niña los castigaron. Como penitencia  la niña y el cerdito antes de ir a la escuela, tienen que anunciar la inocencia del lobo por todo el pueblo para que pudiera recuperar la
confianza y su antiguo trabajo. Los padres aprendieron a no juzgar solamente por lo que escuchan. Los niños aprendieron a no robar y a no decir las cosas privadas en público.


Recuerda: Todas las cosas ocultas, en algún momento sale a la luz.

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